DESIDERATA..., La Paz que sigo buscando

...esquiva a las personas ruidosas y agresivas pues son un fastidio para el alma...

Mi foto
Nombre: Sandra
Ubicación: Buenos Aires, Capital Federal, Argentina

miércoles, abril 19, 2006

DECALOGO DEL HOMBRE Y LA MUJER

Varón y mujer tienen los mismos derechos y obligaciones, pero distintos oficios y características.
Esto es lo que anota el siguiente decálogo.
El hombre es la más elevada de las criaturas.
La mujer el más sublime de los ideales.
El hombre es el cerebro. La mujer es el corazón.
El cerebro fabrica la luz. El corazón el amor.
La luz fecunda. El amor resucita.
El hombre es fuerte por la razón.
La mujer es invencible por las lágrimas.
La razón convence. Las lágrimas conmueven.
El hombre es capaz de todos los heroísmos.
La mujer capaz de todos los martirios.
El heroísmo ennoblece. El martirio sublima.
El hombre es un código. La mujer es un evangelio.
El código corrige. El evangelio perfecciona.
El hombre es un templo. La mujer es un sagrario. Ante el templo nos descubrimos. Ante el sagrario nos arrodillamos.
El hombre piensa.
La mujer sueña.
Pensar es tener en el cráneo una larva. Soñar es tener en la frente una aureola.
El hombre es un océano. La mujer es un lago.
El océano tiene la perla que adorna. El lago la poesía que deslumbra.
El hombre es águila que vuela. La mujer es el ruiseñor que canta.
Volar es dominar el espacio. Cantar es conquistar el alma.
En fin.
El hombre está colocado donde termina la tierra. La mujer donde comienza el cielo.

CARTA DE UN HIJO A SUS PADRES


No me dés todo lo que te pida. A veces sólo pido para ver hasta cuánto puedo tomar.
No me grites. Te respeto menos cuando lo haces, y me enseñas a gritar a mí también, y yo no quiero hacerlo.
No des siempre órdenes. Si en vez de órdenes, a veces me pidieras las cosas, yo lo haría más rápido y con más gusto.
Cumple las promesas, buenas o malas. Si me prometes un premio dámelo; pero también si es castigo.
No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o hermana. Si tú me haces lucir mejor que los demás, alguien va a sufrir; y sí me haces lucir peor que los demás, seré yo quien sufra.
No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer; decídete y mantén esa decisión.
Déjame valerme por mí mismo. Si tu haces todo por mí, yo nunca podré aprender.
No digas mentiras delante de mí ni me pidas que las diga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro. Me haces sentir mal y perder la fe en lo que me dices.
Cuando yo hago algo malo no me exijas que te diga por qué lo hice. A veces ni yo mismo lo sé.
Cuando estés equivocado en algo admítelo y crecerá la opinión que yo tengo de ti. Y me enseñarás a admitir mis equivocaciones también.
Trátame con la misma amabilidad y cordialidad con que tratas a tus amigos; ya que porque seamos familia eso no quiere decir que no podamos ser amigos también.
No me digas que haga una cosa y tú no la haces. Yo aprenderé y haré siempre lo que tú hagas, aunque no lo digas; pero nunca haré lo que tú digas y no hagas.
Cuando te cuente un problema mío no me digas "No tengo tiempo para tonterías" o "eso no tiene importancia".
Trata de comprenderme y ayudarme.
Y quiéreme y dímelo. A mí me gusta oírtelo decir, aunque tú no lo creas necesario decírmelo.
Abrázame, necesito sentirte mi amigo, mi compañero a toda hora.No me dés todo lo que te pida. A veces sólo pido para ver hasta cuánto puedo tomar.
No me grites. Te respeto menos cuando lo haces, y me enseñas a gritar a mí también, y yo no quiero hacerlo.
No des siempre órdenes. Si en vez de órdenes, a veces me pidieras las cosas, yo lo haría más rápido y con más gusto.
Cumple las promesas, buenas o malas. Si me prometes un premio dámelo; pero también si es castigo.
No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o hermana. Si tú me haces lucir mejor que los demás, alguien va a sufrir; y sí me haces lucir peor que los demás, seré yo quien sufra.
No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer; decídete y mantén esa decisión.
Déjame valerme por mí mismo. Si tu haces todo por mí, yo nunca podré aprender.
No digas mentiras delante de mí ni me pidas que las diga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro. Me haces sentir mal y perder la fe en lo que me dices.
Cuando yo hago algo malo no me exijas que te diga por qué lo hice. A veces ni yo mismo lo sé.
Cuando estés equivocado en algo admítelo y crecerá la opinión que yo tengo de ti. Y me enseñarás a admitir mis equivocaciones también.
Trátame con la misma amabilidad y cordialidad con que tratas a tus amigos; ya que porque seamos familia eso no quiere decir que no podamos ser amigos también.
No me digas que haga una cosa y tú no la haces. Yo aprenderé y haré siempre lo que tú hagas, aunque no lo digas; pero nunca haré lo que tú digas y no hagas.
Cuando te cuente un problema mío no me digas "No tengo tiempo para tonterías" o "eso no tiene importancia".
Trata de comprenderme y ayudarme.
Y quiéreme y dímelo. A mí me gusta oírtelo decir, aunque tú no lo creas necesario decírmelo.
Abrázame, necesito sentirte mi amigo, mi compañero a toda hora.